Han pasado 60 años desde aquel enero de 1961. Hoy son Vanni y Marco, los hijos de Valentino y Romano, quienes dirigen la empresa con una fuerte orientación hacia la innovación.
Con el paso de los años CMC se ido convirtiendo cada vez más en sinónimo de elegancia, sofisticación, firmeza y unicidad. El boca a boca positivo ha permitido que la empresa se gane la confianza de los mercados extranjeros, primero la del francés, y llegue a conquistar después los mercados de Noruega, Suecia, Inglaterra, Suiza y Alemania. Un crecimiento en fuerte expansión. La valorización del carácter artesanal representa la esencia de la fuerza de CMC.
La decisión de continuar fabricando un número limitado de vehículos al año permite dedicarles una atención obsesiva. Cada fase está diseñada y ejecutada cuidando al mínimo los detalles y controlada por los titulares, que con su experiencia y su pasión por la perfección no admiten que se ponga en riesgo la calidad.
Además de la creación de sinergias con centros de investigación y universidades para la búsqueda de nuevos materiales, en los últimos años CMC ha realizado inversiones importantes en la sección de producción, con la adquisición de nueva maquinaria y la adopción de innovaciones en los procesos de elaboración, y en la sección de diseño, a través de la creación de un equipo de desarrollo compuesto por proyectistas mecánicos y diseñadores, capaces de crear soluciones excepcionales desde el punto de vista técnico y arquitectónico.